La
odontología forense se basa en el sistema de investigación de Amoedo el cual es
o consiste en coleccionar y clasificar las impresiones dentarias de los
criminales para compararlas con las de los sospechosos o detenidos, actualmente
no solo para este tipo de personas, sino para identificación de
desconocidos. Es muy utilizado
cuando no existen huellas.
Este sistema
además se basa en los pequeños defectos del esmalte, caries, empastes, coronas,
extracciones, que son de un valor identificativo decisivo.
Uno de los
principales casos en los que se utilizó el Sistema de Amoedo fue en el hecho de
la catástrofe del Bazar de la Caridad. Dicho Bazar fue destruido en diez
minutos y en él perdieron la vida 126 personas. Los cuerpos de las personas
muertas fueron llevados para su identificación al Palacio de la Industria. La
identificación visual era difícil debido a que muchos estaban mutilados y tenían
extensas quemaduras. Se identificaron por medio de trozos de ropa.
Cuando
quedaron 30 cadáveres que no podían ser identificados, el Cónsul de Paraguay
sugirió que debían llamarse los odontólogos de las personas que faltaban para
que trazaran diagramas de sus denticiones y para identificar los cuerpos
mediante la odontología. Amoedo registró los procedimientos y las observaciones
de los dentistas y entre las conclusiones sugirió la necesidad de un sistema
internacional de trazo respecto a la nomenclatura.
Amoedo que ha
sido llamado “El Padre de la Odontología Forense”, incorporó muchos de los
conceptos de identificación dental empleados después del incendio del bazar en
el texto “L´art dentarie en medicine légale”, que se publicó en francés
en 1898.
Este sistema
de identificación tiene gran importancia en casos de catástrofes o en donde no
se pueden tomar impresiones digitales debido al estado del cadáver, esto debido
a los factores que alteran o destruyen los tejidos blandos del cuerpo:
putrefacción, agentes físicos, agentes químicos y demás.